"Ostra que no se abre, perla que no se ve" - DJC
Emprendemos juntos este camino, este espacio que luego de tiempo de haberlo cuestionado, gestionado, se va concretizando.
Para llegar tan sólo acá, no ha sido fácil, y esto aún es el inicio de algo que está cimentado sobre las necesidades de tantas personas, que han pasado a ser instrumentos de inspiración para lo que vayamos compartiendo por estos medios.
El artículo que voy redactando ahora es sólo introductorio;
pues para comentarles como se concibió este proyecto, definitivamente no dejaría de teclear por largas horas. Sin embargo, algo queda muy claro, y que deben tener conocimiento, es que todo esto ¡ha sido pensado en ti!. Cabe reconocer que cada uno de ustedes ha sido y es motivo y razón de cada compartir que vayamos a exponer, todos con la intención de aportar aprendizajes para nuestro bienestar integral y desarrollo como personas.
Les iré adelantando una anécdota que desde el momento en el que se dio la he tenido grabada en mi mente (y porqué no decirlo que en mi corazón también).
En el año 2009, cursaba el quinto ciclo de la carrera de Psicología, y en el curso "Taller de Orientación Profesional", el profesor nos dejaba lecturas de las que debíamos sacar un resumen y hacer un comentario. Generalmente nos pedía compartir en clase respecto a lo que habíamos leído y qué opinábamos, yo personalmente no era de mucho participar, puesto que consideraba (en ese entonces), que mis opiniones podrían ser reservadas, rígidas y/o disciplinadas para mis compañeros, creándome ese estereotipo. Sin embargo, grande fue mi sorpresa cuando al recoger los resúmenes de las lecturas que habíamos presentado al profesor, al entregarme los míos él me miró y me preguntó porqué no participaba más, y seguido dijo: "Ostra que no se abre, perla que no se ve". Era la primera vez que escuchaba esa frase, la cual en ese momento no capté del todo, simplemente la dejé pasar.
Hay cosas que nos tocan el corazón y la conciencia, que se quedan y permanecen en uno mismo, y cuando menos lo piensas, en el momento que menos se te puede ocurrir, te das cuenta que esas cosas te marcaron y "algo pasó".
Y eso exactamente fue lo que he vivido con esa frase, desde el año pasado por hechos que suscitaron en mi vida. Esa frase ha sido parte de iniciar un nuevo camino para mí y para mi futuro, atreviéndome, arriesgándome, conociéndome, aceptándome, y proponiéndome aspiraciones a las que sé que puedo llegar si simplemente las dejo vislumbrar, mejor dicho, si las doy a pro de los demás, si las comparto, porque si hay algo que es muy cierto es que realmente "es dando como se recibe", a ello quiero complementar la frase de un filósofo (y santo) que también ha sido parte del impulso que he tenido para emprender esta nueva aventura: "Es mucho más hermoso iluminar que simplemente brillar; de la misma manera es más hermoso transmitir a los demás lo que se ha contemplado que sólo contemplar" (Santo Tomás de Aquino).
He descubierto mi pasión en el trabajo con las personas, y el aporte que puedo brindar para el bien de ellas. Tengo muy en cuenta a la juventud, por la realidad en la que hoy en día vivimos, y ello me impulsa a poder formar e informar en diversos temas que de una u otra manera suman al buen desarrollo de la comunidad, ya sea por medio de conferencias, charlas, etc.; como también a brindar un espacio que permita la escucha y acompañamiento de manera integral, orientándose en la misma persona y su bienestar (esto por el momento se dará a domicilio o en algún café o algún lugar que sea de mayor comodidad para el consultante, mientras vamos ubicándonos de manera estable).
Volviendo a mencionar lo que indiqué en el inicio del blog: "Considero que el trabajo es un servicio, y como tal comprende ser dado desde el amor y con amor; teniendo como herramientas las potencialidades, fortalezas y talentos que se nos han sido proporcionadas para nuestro desarrollo personal y profesional, como para la comunidad." Sin más que decir (por ahora)
¡Empezamos juntos este nuevo camino! ¡Estoy para servirte!